Avalancha de críticas contra Angela Merkel y la inteligencia en Alemania

Las autoridades alemanas hacían frente el jueves a una polémica creciente a raíz de los fallos que permitieron huir al tunecino sospechoso de atacar con un camión un mercadillo de Navidad de Berlín, pese a estar fichado como un islamista peligroso.

“No es así como garantizaremos la seguridad de Alemania”, denunció Armin Laschet, uno de los responsables de la CDU, el partido conservador de la canciller alemana, Angela Merkel, sobre las fallas que impidieron el arresto o la expulsión de Anis Amri.

“Las informaciones que tenemos sobre la forma en la que las autoridades trabajaron son chocantes”, agregó en la radio pública.

Sobre Amri, un hombre de 24 años cuya solicitud de asilo había sido rechazada, pesa una orden de arresto europea lanzada por la justicia alemana tras el ataque del lunes que dejó 12 muertos en un mercadillo de Navidad de Berlín. El acto fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Seis víctimas son alemanas. Una séptima fue identificada como israelí, según informaron las autoridades de ese país el jueves.

Además de las críticas recurrentes sobre su política de acogida de refugiados, Merkel tendrá que enfrentar la controversia causada por la descoordinación de las autoridades a la hora de vigilar al principal sospechoso.

El caso de Amri pone en evidencia los déficits del sistema “como si miráramos con lupa”, lanzó otro miembro de la familia política de Merkel, Stephan Mayer.

En primer lugar, la policía perdió tiempo antes de centrar su investigación en el tunecino, pese a haber encontrado un documento de identidad suyo en el camión utilizado en el ataque.

Los investigadores dieron prioridad a un sospechoso paquistaní que acabó siendo liberado.

Sin embargo, Amri era conocido de la policía. Estuvo vigilado durante la mayor parte de 2016, principalmente en Berlín, donde se sospechaba que podría estar preparando un atentado y un robo para comprar armas automáticas. Pero en septiembre, la fiscalía abandonó la investigación por falta de pruebas.

Aunque su solicitud de asilo fue rechazada, Túnez bloqueó su expulsión.

Además, según el New York Times, también era conocido de las autoridades estadounidenses por haberse puesto en contacto, al menos una vez, con el grupo EI y por haber buscado en internet cómo fabricar explosivos.

Con todo, fue puesto en libertad por falta de pruebas o, al parecer, por una falta de coordinación entre las diferentes administraciones. El hombre había estado vinculado durante meses con el movimiento salafista y con conocidos predicadores de la yihad.

“Un fracaso en el procedimiento de expulsión”, recogía la portada del diario alemán Bild este jueves, mientras que el conservador Die Welt hablaba de una “pifia” de las autoridades.

“Las autoridades lo tenían en el punto de mira y aún así consiguió desaparecer”, señalaba la revista Der Spiegel en su página web.

Para el diario Darmstädter Echo, uno de los problemas es la gran cantidad de escalones de poder y de autoridades del Estado federal.

“¿Por qué una persona como 1 / 8él 3 / 8 ha podido jugar al gato y al ratón con las autoridades encargadas de la expulsión?”, se preguntaba el diario. “El federalismo, si bien no es consciente de sus problemas inherentes, representa un riesgo para la seguridad”.

La policía ha ofrecido una recompensa de 100.000 euros para quien pueda ayudar a dar con él.

El jueves por la mañana, un centenar de policías registraron por segunda vez un centro de refugiados de Emmerich (oeste) donde el hombre residió hace unos meses, según la agencia alemana DPA.

El miércoles por la noche se registraron dos apartamentos en Berlín, en vano.

Pese a todo, parecía que Berlín volvía a la normalidad el jueves. La policía autorizó la reapertura del mercadillo de Navidad que fue atacado el lunes, una decisión que “no fue fácil de tomar en una situación así”, indicaron sus gestores en un comunicado.


AFP

22 de Diciembre 2016