Duro golpe de Trump al bolsillo del régimen cubano, anuncia nuevas medidas este Viernes

"Si vamos a tener un mayor compromiso económico con Cuba, será con el pueblo", dijo el senador cubanoamericano Marco Rubio en declaraciones a medios en Miami.

El presidente estadounidense, Donald Trump, anunciará este viernes cambios en la política hacia Cuba, confirmó la Casa Blanca, informa EFE. Trump hará el anuncio rodeado de seguidores cubanoamericanos en el Teatro Manuel Artime de Miami, lugar que lleva el nombre de uno de los líderes de la Brigada 2506 de Bahía de Cochinos, cuyos veteranos ofrecieron al mandatario su respaldo durante la campaña que lo llevó a la Casa Blanca.

Al acto asistirán también disidentes cubanos como Antonio Rodiles, de Estado de Sats y el exprisionero político Angel Moya.

Rubio ayudó a elaborar la directiva de Trump, con el aporte del representante Mario Díaz-Balart, indicó la publicación miamense.

Las medidas estarían dirigidas a intentar reducir drásticamente el flujo de dinero que llega al régimen cubano, principalmente a los militares. Estados Unidos mantendría, no obstante, las relaciones diplomáticas y su embajada en La Habana.

Rubio, senador por Florida, calificó la nueva política como un intento estratégico a largo plazo para obligar a los militares y miembros de la inteligencia a aflojar su control sobre la economía de la Isla.

"Toda la presión proviene de los intereses empresariales estadounidenses que van a Cuba, ven las oportunidades y luego vuelven aquí y nos presionan para levantar el embargo", dijo Rubio sobre quienes se oponen a un endurecimiento de la política.

"Estoy tratando de revertir la dinámica, estoy tratando de crear un sector empresarial cubano que vaya adonde está el Gobierno cubano y lo presione para que haga cambios. También estoy tratando de crear una clase floreciente de empresarios privados independiente del Gobierno", añadió.

Partidarios de la política del Gobierno de Barack Obama hacia La Habana han implorado a Trump que mantenga el nivel actual de relaciones. Al igual que Rubio, argumentan que solo un sector privado floreciente conducirá a un cambio político en Cuba. Donde discrepan las dos partes es en cuál es la mejor manera de fomentar el crecimiento de la empresas privadas.

GAESA, blanco principal

Según El Nuevo Herald, el blanco principal de la directiva de Trump será el Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA), un emporio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) que —estiman expertos— controla el 60 por ciento de la economía cubana.

En la estrategia de Trump las transacciones financieras con GAESA quedarán prohibidas, así como las operaciones con cualquiera de sus "filiales, subsidiarias o [compañías] sucesoras". La prohibición también incluye a todas las demás entidades controladas por los militares, los servicios de inteligencia y otras fuerzas de seguridad.

"Eso es enorme, es prácticamente todo", dijo Diaz Balart "Es toda la industria del turismo".

El ejemplo más obvio de posible negocio afectado es la cadena hotelera Starwood, que administra el Four Points by Sheraton en La Habana, un hotel de Gaviota, el brazo turístico de GAESA. Con la nueva política, la administración podría cancelar la licencia de Starwood o decidir no renovarla, comentó John Kavulich, presidente del Consejo Económico y Comercial Cuba-Estados Unidos citado por el diario.

"Una victoria política más grande para la Administración sería lograr avergonzar a Starwood al punto de que decidiera decirle al Gobierno cubano que no puede continuar con el contrato", añadió.

Starwood Starwood retraso la entrada en vigor de un contrato para la administración de otro hotel en La Habana, lo que sugiere que los abogados de la compañía recomendaron cautela, comentó Kavulich. Para las compañías, "va a ser difícil argumentar en contra de estas medidas", encaminadas a "priorizar la relación con entidades privadas", consideró.

Seguirán los viajes y envíos de remesas familiares

Según El Nuevo Herald, la directiva presidencial de Trump no limitará los viajes o envíos de dinero de los cubanoamericanos a la Isla, pero menos funcionarios del Gobierno cubano podrán viajar a Estados Unidos y recibir remesas.

Trump, en cambio, será más estricto que Obama en la autorización de viajes de estadounidenses a Cuba.

Obama expandió a 12 las categorías bajo las cuales los estadounidenses pueden viajar a la Isla con una licencia general, sin una autorización explícita del Departamento del Tesoro.

Trump hará que los viajeros estadounidenses estén sujetos a una auditoría del Departamento del Tesoro, para asegurarse de que encajan dentro de una de las 12 categorías permitidas. Asimismo, los viajeros podrían ser sancionados si no poseen documentación que pruebe su itinerario y sus interacciones con los cubanos.

Medidas de este tipo, podrían "atemorizar" a los viajeros y reducir la demanda, opinó Kavulich.

Los vuelos regulares y los cruceros a Cuba continuarían porque la estrategia de Trump contempla excepciones para el pago de las tasas en aeropuertos y puertos, aunque estos estén controlados por los militares. También incluye excepciones en transacciones relacionadas con la renta de habitaciones en casas particulares, como las que ofrece Airbnb, así como el envío de remesas a través del sistema financiero cubano, interrelacionado con compañías bajo el control de los militares.

El reto para la Administración Trump será cómo aplicar la medida en el caso de los viajeros, quienes podrían estar violando la ley sin saberlo, por ejemplo, al comer en uno de los restaurantes manejados por Habaguanex —una compañía recientemente adquirida por GAESA— en La Habana Vieja.

Las medidas —y la posibilidad de violar la ley al hacer negocios con una compañía militar desconocida por Estados Unidos— posiblemente "desalentarán" a las empresas estadounidenses a hacer negocios en la Isla. "Es un mercado demasiado pequeño para pasar por todo este trabajo", opinó Ted Piccone, investigador principal de Brookings Institution.

Trump también requerirá que las agencias federales informen sobre violaciones de los derechos humanos y los fugitivos estadounidenses refugiados por el Gobierno cubano. Asimismo, la directiva establece que el Departamento de Estado deberá coordinará un grupo de trabajo en el que participarán la Oficina de Trasmisiones a Cuba (OCB), organizaciones privadas y no gubernamentales "para examinar los retos tecnológicos y oportunidades para expandir el acceso a internet en la Isla".

La nueva política contempla además excepciones para mantener las operaciones en la base naval de Guantánamo y continuar con las exportaciones estadounidenses de productos agrícolas, medicamentos y dispositivos médicos permitidas por la ley.

En detalles

La directiva presidencial de Trump:

  • No restituye la política de “pies secos, pies mojados”, que permitía a los cubanos permanecer legalmente en el país aunque entraran sin visas, y que Obama eliminó en enero de este año.
  • No toca el embargo comercial de Estados Unidos, que sólo puede ser levantado por el Congreso.
  • Y no limita los viajes o las remesas de los cubanoamericanos, como hizo el ex presidente George W. Bush—aunque menos funcionarios del gobierno cubano podrán viajar a Estados Unidos y recibir remesas.
  • Los vuelos regulares y los cruceros a Cuba continuarán porque la orden ejecutiva contempla excepciones para el pago de las tasas en aeropuertos y puertos, aunque estos estén controlados por fuerzas militares o de seguridad cubanas.
  • También incluye excepciones para permitir transacciones relacionadas con la renta de habitaciones en casas particulares, como las que ofrece Airbnb, así como el envío de remesas a través del sistema financiero cubano, interrelacionado con compañías bajo el control de los militares.

La nueva política contempla excepciones para:

  • Continuar las operaciones en la base naval de EEUU en Guantánamo
  • Expandir las telecomunicaciones y acceso a internet en la isla
  • Continuar con las exportaciones estadounidenses permitidas por la ley de productos agrícolas, medicamentos y dispositivos médicos.

Derechos Humanos

“El presidente tiene previsto citar las violaciones de los derechos humanos en Cuba”, señaló el reportaje del Miami Herald, firmado por las periodistas Patricia Mazzei y Nora Gámez Torres.

El diario dijo que aunque no se trata de la reversión del acercamiento promovido por el ex presidente Barack Obama, sino que la posición de Trump se acerca más a la línea dura de algunos republicanos cubanoamericanos, quienes arremetieron contra la política de Obama por considerarla una capitulación ante el régimen comunista de la isla.

El senador de la Florida, Marco Rubio, ayudó a elaborar los cambios propuestos por Trump, con el aporte del representante por Miami, Mario Díaz-Balart.

“Si vamos a tener un mayor compromiso económico con Cuba, será con el pueblo cubano”, dijo Rubio al Miami Herald en una entrevista.

Rubio calificó la nueva política como un intento estratégico a largo plazo para obligar a los veteranos oficiales militares y de inteligencia cubanos a aflojar su control sobre la economía de la isla, a medida que una generación más joven de líderes comunistas se prepara para hacerse cargo.

“Toda la presión proviene de los intereses empresariales estadounidenses que van a Cuba, ven las oportunidades y luego vuelven aquí y nos presionan para levantar el embargo”, dijo Rubio.

“Estoy tratando de revertir la dinámica; estoy tratando de crear un sector empresarial cubano que vaya a donde está el gobierno cubano y lo presione para que haga cambios. También estoy tratando de crear una clase floreciente de empresarios privados independiente del gobierno”, añadió.

Más control sobre viajes de estadounidenses a Cuba

Bajo la nueva política de Trump, los viajeros estadounidenses estarían sujetos a una auditoría del Departamento del Tesoro, para asegurarse de que su viaje encaja dentro de una de las doce categorías permitidas por la Administración Obama.

Los viajeros deberán mantener la documentación que pruebe su itinerario y sus interacciones con los cubanos, o podrían ser sancionados. Los viajes educacionales o para el llamado contacto “pueblo a pueblo” volverán a requerir el patrocinio de una organización, que deberá organizar el itinerario y enviar a un representante con los viajeros, una medida que había eliminado Obama.

El reto para la administración de Trump, subrayó el reportaje,será cómo aplicar la medida en el caso de los viajeros, quienes podrían estar violando la ley sin saberlo, por ejemplo, al comer en uno de los restaurantes manejados por Habaguanex—una compañía recientemente adquirida por GAESA—en la zona turística de La Habana Vieja.

Firme con el embargo

La política de Trump no se limita sólo a los viajes y negocios. Su administración también se opondrá a las medidas en las Naciones Unidas y en otros lugares que pidan el fin del embargo. El año pasado, EEUU se abstuvo por primera vez cuando la ONU realizó una votación para condenar lo que Cuba llama un “bloqueo comercial y financiero”.

Trump también requerirá que las agencias federales informen sobre violaciones de los derechos humanos y los fugitivos estadounidenses albergadas por el gobierno en Cuba.

Asimismo, la directiva establece que el Departamento de Estado deberá coordinar un grupo de trabajo en el que participarán la Oficina de Trasmisiones a Cuba(OCB), organizaciones privadas y no gubernamentales “para examinar los retos tecnológicos y oportunidades para expandir el acceso a Internet en la isla”.

Fuente Diario de Cuba y Martinoticias

15 de Junio 2017