Se fue, así fue la despedida de El Sexto a Fidel Castro

El artista y grafitero Danilo Maldonado, El Sexto, lo atrapó la noticia del fallecimiento de Fidel Castro mientras estaba en el Malecón habanero. "La gente seguía en sus cosas, conversando y fiestando cuando comenzaron a aparecer policías", cuenta de esas primeras horas tras conocerse la noticia. Con irreverencia el artista aprovechó la ocasión para dejar en un muro un breve mensaje: "Se fue".

Al salir el sol, la pintada se mantenía desafiante y certera ante la mirada de los silenciosos transeúntes que pasaban cerca. "Ha muerto el dictador exterior, pero el dictador interior todavía lo llevan por dentro muchos cubanos", dijo en una conversación telefónica con 14ymedio.

El grafiti de El Sexto es la primera demostración pública fuera de las manifestaciones de duelo organizadas por el oficialismo. La tranquilidad, la cautela y el silencio se han extendido en la medida que más cubanos se enteran de la muerte del expresidente.

Fidel Castro termino con todas las libertades del pueblo

Empezó a dirigir el país en 1959, gozando de una inmensa popularidad y, no solo incumplió la mayoría de las promesas que hiciera al pueblo, sino que combatió las esperanzas puestas en dichas promesas.

Construyó un régimen férreo, coartó todo tipo de libertades. Consiguió refinar la represión, los crímenes y la violencia estatal hasta el punto de que no fueran apreciados públicamente. Su mandato pudo gozar de tan magnífica prensa que la opinión internacional tardó muchísimo en considerarlo como un depredador de la libertad. Y aún tarda.

Metió cizaña dentro de las familias, provocó los más altos índices de exiliados y emigrados de toda la historia del país. Dentro del territorio nacional levantó tantas diferencias entre nacionales y extranjeros que el ser cubano pudo llegar a ser una condición cuasi despreciable. Construyó un profuso sistema de cárceles a lo largo de la Isla y un cuantioso presidio político.

Su narcisismo de estadista, el deseo de quedar en la historia y ser absuelto por ella, más sus ínfulas geopolíticas, le hicieron derramar la sangre de muchos cubanos en campañas militares en otros países y continentes.

Fue el peor administrador de la historia del país. Con la coartada de una distribución igualitaria, diseñó proyectos económicos descabellados, de soluciones mágicas y de espaldas a los especialistas. Alardeando de diversas ramas del saber que no conocía, arruinó una economía que encontrara próspera y creciente, y deja un país en ruinas, con ciudades que parecen bombardeadas.

En 2006, obligado por una enfermedad, no tuvo más remedio que cederle el poder a su hermano menor, aunque siguió influyendo en la marcha del país. A su dictadura le faltaba, sin embargo, la conclusión de la muerte. Su estatus de muerto en vida había impedido las celebraciones y los duelos. Toca a partir de ahora ver cuánta vida le queda como símbolo, de la clase que sea.

Acaba de terminar la dictadura de Fidel Castro, aunque el país siga bajo régimen dictatorial. Su cadáver, como el de otros cómplices suyos en el poder, será cremado. Una solución funeral que puede dar idea de la desconfianza que sienten esta clase de seres y sus familiares por su aceptación póstuma entre el pueblo cubano.

14ymedio y Diario de Cuba

26 de Noviembre 2016