Trump dice que acuerdo comercial con Canadá y México es el más importante que hemos hecho hasta ahora

Donald Trump afirmó el lunes que no está “del todo seguro” de que el Congreso aprobará el renovado tratado comercial con México y Canadá, llamado Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés).

El mandatario opinó que los demócratas tendrán en mente la contienda presidencial del 2020 y que podrían no querer aprobar lo que él describió como “uno de los mejores acuerdos” para los estadounidenses. Desde la Casa Blanca, Trump añadió que tiene esperanzas de que los miembros del Congreso ratifiquen el acuerdo si consideran que es justo para Estados Unidos.

Sin embargo, Trump aseveró que no puede pronosticar lo que el Congreso hará, debido a que ese cuerpo podría rechazar el nuevo acuerdo por cuestiones políticas o simplemente para oponerse a él.

Trump elogió el renovado tratado comercial y afirmó que “es el acuerdo más importante que hemos hecho hasta ahora”.

El mandatario afirmó que “sin los aranceles no estaríamos hablando de un acuerdo”, en referencia a una oleada de impuestos que aplicó meses atrás al acero y aluminio que importa Estados Unidos. Opinó que esos gravámenes han atraído a los socios comerciales de Estados Unidos a la mesa de negociaciones.

Trump afirmó que los aranceles también están haciendo que la Unión Europea, Japón y Corea del Sur busquen nuevos acuerdos comerciales con Estados Unidos.

"Un buen día para Canadá"

Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, reafirmó en conferencia de prensa lo dicho la mañana del lunes. “Es un buen día para Canadá”, dijo.

Trudeau explicó que el acuerdo era parte del “comercio libre y justo en Norteamérica” y agregó que “ahora estamos en un lugar más estable”, al referirse al acuerdo que calificó de complejo al igual que lo era el NAFTA.

Chrystia Freeland, ministra de Asuntos Exteriores canadiense dijo que el acuerdo era “una victoria para los canadienses y un buen acuerdo para miles de trabajadores”.

El nuevo pacto concretado justo antes del plazo, que venció la medianoche del domingo, reemplaza al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) de 24 años de vigencia y al que Trump ha descrito como un desastre que ha eliminado empleos en su país.

El domingo por la noche, Canadá se sumó a un renovado tratado de libre comercio de América del Norte después de varias semanas de arduas negociaciones y bajo una fuerte presión, apenas unas horas antes de que venciera el plazo impuesto por Estados Unidos.

En un comunicado conjunto, el representante comercial estadounidense Robert Lighthizer y la canciller canadiense Chrystia Freeland dijeron que el acuerdo “fortalecerá a la clase media y generará empleos buenos y bien pagados y nuevas oportunidades para los casi 500 millones de personas para las que Norteamérica es su hogar”.

Trump: "Un gran pacto"

Trump tuiteó el lunes por la mañana que el nuevo acuerdo es un “gran pacto” que “resuelve las muchas deficiencias y errores del TLCAN, abre enormemente los mercados a nuestros agricultores y fabricantes, reduce las barreras comerciales para Estados Unidos y unirá a las tres grandes naciones, en competencia con el resto del mundo”.

“¡Felicitaciones a México y Canadá!”, agregó.

El nuevo acuerdo comercial otorga a los agricultores y granjeros estadounidenses más acceso al mercado lácteo de Canadá, pero también mantiene el proceso de resolución de disputas del TLCAN, que Estados Unidos quería disolver y ofrece a Canadá protecciones en caso de que Trump quiera proseguir con sus planes de imponer aranceles a los vehículos, camiones y autopartes importadas por Estados Unidos.

“Celebramos el acuerdo trilateral. Se cierra la puerta a la fragmentación comercial de la región”, tuiteó Jesús Seade, el principal negociador comercial en representación del presidente electo de México.

Marcelo Ebrard, el próximo secretario de Relaciones Exteriores del gobierno del presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo en conferencia de prensa junto a Seade y la futura secretaria de Economía, Graciela Márquez, que el acuerdo recoge la agenda laboral que habían propuesto en campaña y que esto incluía la garantía plena de los derechos de los trabajadores y la libertad sindical.

“Esto es una oportunidad para el fortalecimiento del mercado interno y una apuesta al capital humano como eje de desarrollo del país”, añadió.

El gobierno de Trump notificó oficialmente al Congreso sobre el acuerdo comercial México-Estados Unidos el 31 de agosto. Ello dio inicio a un periodo de 90 días que permitía al presidente saliente de México, Enrique Peña Nieto, firmar el nuevo acuerdo antes de que concluya su mandato el 1 de diciembre.

Trump amenazó con proseguir con un TLCAN renovado, con o sin Canadá. Se desconocía, sin embargo, si Trump tenía autorización del Congreso para firmar un acuerdo solo con México.

Algunos legisladores no tardaron en expresar su alivio de que Canadá reingresara al renovado bloque comercial regional.

“Me complace que el gobierno de Trump haya llegado a un acuerdo para modernizar el TLCAN con México y Canadá”, dijo el presidente de la Comisión de Finanzas del Senado, el republicano Orrin Hatch. “El TLCAN tuvo un éxito demostrado”.

El TLCAN eliminó la mayoría de las barreras comerciales entre México, Estados Unidos y Canadá, lo que generó un incremento en el comercio entre las tres naciones, pero Trump y otros detractores informaron que alentaba a los fabricantes estadounidenses a trasladarse al sur de la frontera para aprovechar los bajos salarios en México, lo que representaba una pérdida de empleos en Estados Unidos.

Trump hizo campaña bajo la promesa de reescribir el TLCAN o deshacerse de él. Las conversaciones de renegociación comenzaron hace más de un año. Para apaciguar a Trump, México accedió en agosto a cláusulas que requerirían que entre 40 por ciento y el 45 por ciento de un automóvil se construya en países donde los trabajadores recibieran un sueldo mínimo de 16 dólares por hora para ser elegibles a los beneficios de libre comercio del TLCAN.

Como queda el acuerdo

Los productores de lácteos estadounidenses tendrán más acceso al mercado canadiense. Las compañías farmacéuticas de Estados Unidos podrán eludir la competencia genérica unos años más. Los fabricantes de automóviles están bajo presión de construir más autos en donde los empleados ganen sueldos decentes.

El tratado comercial pactado la noche del domingo entre Estados Unidos y Canadá -tras un pacto previo entre Estados Unidos y México- alterará, aunque probablemente no revolucionará, la forma en que operan los negocios en el bloque comercial de los tres países.

El nuevo acuerdo México-Estados Unidos-Canadá reemplaza al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que eliminó barreras comerciales entre los tres países. Sin embargo, el TLCAN motivó a las fábricas a mudarse a México para aprovechar los bajos sueldos, algo que el presidente Donald Trump llamó un "desastre" que aniquiló empleos en Estados Unidos.

El acuerdo del domingo tiene el objetivo de regresar la manufactura a Estados Unidos. Trump, conocido por hacer declaraciones grandilocuentes, dijo que el nuevo acuerdo “transformará a Norteamérica en una potencia manufacturera nuevamente”.

Sin embargo, Estados Unidos también tuvo que hacer concesiones. Por ejemplo, acordó mantener el proceso de resolución de disputas del TLCAN que quería descartar, pero que Canadá insistió en conservar.

En general, los mercados financieros están aliviados de que los países llegaran a un acuerdo. Por un tiempo, parecía que Trump se saldría del pacto comercial regional, o lograr uno sin Canadá, el segundo socio comercial de Estados Unidos.

Los economistas, abogados mercantiles y empresas, todavía analizan el acuerdo. Pero aquí hay un primer vistazo de lo que significa para las diferentes partes.

LÁCTEOS

Trump se ha quejado de los aranceles de Canadá a los lácteos, que pueden alcanzar hasta 300 por ciento. Los productores estadounidenses también se han quejado de las políticas canadienses cuyos precios dejaron fuera a Estados Unidos del mercado de algunos productos en polvo y permitieron que Canadá inundara los mercados mundiales con sus propias versiones.

El nuevo acuerdo también pone fin a la fijación discriminatoria de precios y limita las exportaciones canadienses de lácteos en polvo.

También aumenta el acceso de Estados Unidos a hasta 3.75 por ciento del mercado lácteo canadiense (en lugar del 3.25 por ciento del Acuerdo Transpacífico, TPP, que la administración de Barack Obama negoció, pero que Trump rechazó en su primera semana en el poder). Arriba de ese nivel, productores estadounidenses pagarán los duros aranceles de Canadá. Y el sistema de administración de suministros que Canadá utiliza para proteger a su industria se mantiene en gran parte inalterado.

Aun así, el abogado mercantil Daniel Ujczo, de la firma Dickinson Wright, dijo que “la industria láctea de Estados Unidos parece contenta... por ahora”.

AUTOMÓVILES

EL TLCAN rediseñó el mercado automotriz norteamericano. Las armadoras construyeron complicadas cadenas de suministro que traspasaban las fronteras de Norteamérica. Al hacerlo, tomaron ventaja de las fortalezas de cada país: mano de obra barata en México, y trabajadores calificados y cercanía con clientes en Estados Unidos y Canadá.

El nuevo pacto cambia las cosas. De entrada, el porcentaje contenido de un auto que debe construirse dentro del bloque comercial para calificar para el estatus libre de aranceles aumenta de 62.5 por ciento a 75 por ciento. Una cláusula más atrevida requiere que entre 40 por ciento y 45 por ciento de las partes de un auto se construyan en donde los trabajadores ganen $16 dólares la hora. Eso significa que la producción regresará a Estados Unidos y Canadá, y se retirará de México (y probablemente aumente la presión para que suban los sueldos mexicanos).

El nuevo acuerdo también proporciona algo de protección a Canadá y México si Trump cumple su amenaza de imponer entre 20 por ciento y 25 por ciento de aranceles a autos, camionetas y autopartes importados. Excluirá de los aranceles propuestos a 2.6 millones de vehículos de pasajeros tanto de Canadá como de México.

COMPAÑÍAS MULTINACIONALES

Como otros acuerdos comerciales de Estados Unidos, el TLCAN permitió que compañías multinacionales fueran a cortes privadas para impugnar las leyes nacionales que a su parecer las discriminaban y violaban los términos del acuerdo comercial. Los opositores han criticado el proceso que le daba a las compañías una forma de sacarle la vuelta a leyes medioambientales y laborales, y a regulaciones que no les gustaban, y en el proceso quitaba autoridad a gobiernos electos.

El representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, quien negoció el nuevo acuerdo, tenía otra queja: las cortes quitaban algo del riesgo a la inversión en países inestables y corruptos como México. ¿Por qué Estados Unidos debe negociar acuerdos que fomentan la inversión en otros países?, alegaba Lighthizer,

El nuevo pacto reduce las cláusulas que protegen inversiones extranjeras. Lori Wallach, directora de Global Trade Watch y fuerte crítica del TLCAN, elogió el nuevo acuerdo por refrenar lo que ella llamó el “indignante” sistema de tribunales que permitía que grandes compañías “lanzaran ataques contra políticas medioambientales y de salud”.

FARMACÉUTICAS

El nuevo pacto ofrece muchas oportunidades a las compañías farmacéuticas que hacen medicamentos biológicos, fármacos sumamente caros producidos a partir de células vivas. Les da 10 años de protección de la competencia genérica, de los ocho que la administración de Obama negoció en el TPP.

Sin embargo, las buenas noticias para la industria farmacéutica podrían ser malas para los usuarios de los medicamentos y los políticos que intentan contener los costos de los servicios de salud.

“Nuevos privilegios de monopolio para las empresas farmacéuticas... podrían socavar las reformas necesarias para hacer los medicamentos más accesibles aquí y aumentar los precios en México y Canadá”, dijo Wallach.

MINORISTAS

Estados Unidos presionó a Canadá y México para aumentar la cantidad de dólares al que deben llegar los envíos antes de ser sujetos a impuestos de importación. Canadá, por ejemplo, permitirá embarques libres de impuestos y aranceles por hasta 40 dólares canadienses ($31), de los 20 dólares canadienses ($16) contemplados por el TLCAN.

El cambio hace que los productos estadounidenses sean más competitivos en Canadá porque serán sujetos a menos impuestos en la frontera y representarán ahorros para los canadienses que compren en internet. Sin embargo, el aumento puede ser un riesgo para los minoristas canadienses, señala Ujczo.

AP

1 de octubre 2018