Llego el día del Super Bowl político, será el debate más visto de la historia de EEUU

La demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump se miden hoy en el primero de tres debates presidenciales, y ninguno de los candidatos a la Casa Blanca figura como favorito en el duelo verbal.

La ex secretaria de Estado y ex senadora tiene a su favor la experiencia política y conoce al dedillo los temas, pero carece de lo que los seguidores del magnate y estrella de televisión ven como su autenticidad bruta.

Ambos se atacan mutuamente desde hace un año, pero nunca se han encontrado cara a cara en un debate. Sin duda ahí radica el atractivo principal de este show televisado, que según expertos podría convocar hasta 100 millones de espectadores, una cifra jamás vista en la política estadunidense.

La última encuesta, de The Washington Post y ABC News, difundida ayer, muestra a los candidatos empatados teniendo en cuenta que Clinton tiene una ventaja de 46 a 44 % para Donald Trump, pero esta ubicada dentro del margen de error.

Clinton ha visto evaporarse su ventaja sobre el millonario en el ultimo mes y enfrenta un debate con un empate.

El menor desliz, el menor error en este debate organizado por la Universidad Hofstra, cerca de Nueva York, puede costarle caro a quien dé el paso en falso, en una campaña extremadamente polarizada y agresiva en la que los ataques ocuparon más espacio que la sustancia.

Trump amenazó con llevar a una antigua amante del exmandatario Bill Clinton al debate, pero la campaña republicana desestimó esa posibilidad.

Más bien, el tuit que Trump publicó a esos efectos estaba destinado a demostrar que su campaña tiene formas de “meterse en la cabeza de Hillary Clinton”, dijo la directora de la campaña republicana, Kellyanne Conway, a CNN.

El republicano prometió ayer, luego de una reunión con el premier israelí Benjamin Netanyahu, que reconocerá a Jerusalén como la capital “unificada” de Israel si llega a ser electo presidente de EU.

A sus 70 años, Trump, un republicano atípico que se presenta como un outsider y que se viste con los ropajes de un showman populista y agresivo, deberá probar que tiene pasta de Presidente.

Hillary (68 años) tiene una vasta experiencia política , pero deberá intentar mejorar su empatía con un electorado que duda de su honestidad.

El evento se considera el Super Bowl político

El evento será seguido en el extranjero por aliados y enemigos de EU debido a las propuestas de Trump.

Un debate lleno de expectativas y seguido dentro y fuera de Estados Unidos por una audiencia sin precedentes, será protagonizado la noche de hoy por los principales candidatos presidenciales: Hillary Clinton y Donald Trump.

La demócrata Rodham Clinton es la primera mujer con posibilidades reales de llegar a la Presidencia, pero en una campaña electoral significada por su rareza, los reflectores estarán sobre el republicano Donald Trump, un rico empresario y estrella de televisión “de realidad” que sorprendió al mundo político al conquistar la candidatura de su partido.

“Las expectativas aumentan por hora”, comentó Elaine Kamarck, especialista de la Institución Brookings de Washington.

“Es el evento más esperado de una campaña presidencial llena de notables y repugnantes momentos”, comentó Dan Balz, analista político de The Washington Post, para quien a pesar de todo el ruido, “será una sorpresa” si la discusión cambia la dinámica de la carrera entre Clinton y Trump.

Sin embargo, desde el legendario debate televisado de 1960 entre John F. Kennedy y Richard Nixon, cuando el limpio y bien presentado demócrata hizo un brutal contraste con el mal arreglado Nixon, los debates tienen la imagen de un momento de definición.

“Para millones de estadounidenses, será la primera oportunidad de ver a los candidatos lado a lado por primera vez” indicó Kamarck, que destacó también las reacciones y los análisis posteriores, cuando uno y otro campos buscarán reclamar victoria.

Pero la atención estará igualmente en el exterior, donde los señalamientos de ambos estarán siendo observados muy de cerca por aliados y enemigos.

La agenda del debate es:

La dirección de Estados Unidos, Alcanzar prosperidad y Asegurar Estados Unidos, incluyen cuestiones que como migración, seguridad, economía y comercio internacional son el foco de la actual campaña política.

La importancia del que será el primero de tres debates –los otros dos serán el domingo 9 y el miércoles 16 de octubre– ha sido dramatizada de tal forma que la organización de encuestas Rasmussen la calificó como un Super Bowl político.

Y los preparativos y el manejo de expectativas de los aspirantes han tenido una cobertura digna de los prolegómenos de ese evento del deporte profesional.

La verdad se establecerá entre una candidata que tienen ventaja por su experiencia política, que es el caso de Clinton, o por la capacidad de improvisación de Trump por su historial mediático, a los detalles de “guerra sicológica”.

Pero tan importante o más que el conocimiento de los temas, será el estilo y el comportamiento de los aspirantes, su lenguaje corporal, sus actitudes.

El vicepresidente Al Gore perdió en 2000 un debate contra George W. Bush al portarse impaciente y hasta irrespetuoso hacia sus rivales, incluso el aspirante independiente Ross Perot.

Agencias

26 de Septiembre 2016