Duro golpe para la colombiana Martha Sepúlveda, cancelan la eutanasia 24 horas antes de ejecutarse

Actualizado 9 de octubre 2021

En un golpe demoledor se conoció este sábado, un día antes de que se le realizara la eutanasia a Martha Sepúlveda, el Instituto Colombiano del Dolor (Incodol) informó que después de una revisión con un comité científico, se cancela el proceso.

“Según reunión en la cual se revisó y analizó de nuevo de forma amplia y suficiente la solicitud de la señora Martha Liria Sepúlveda, concluyó de manera unánime cancelar el procedimiento a morir con dignidad a través de eutanasia, programado para el día 10 de octubre de 2021″, señala en un comunicado la IPS.

La decisión la basaron en el capitulo 26 de la Resolución 971 de 2021 del Ministerio de Salud, que le asigna al Comité dentro de sus funciones revisar el trámite de la solicitud y el procedimiento eutanásico completo, a fin de detectar alguna situación que afecte el desarrollo del mismo.

“Es por eso que, al contar con un concepto actualizado del estado de salud y evolución de la paciente, se define que no se cumple con el criterio de terminalidad como se había considerado en el primer comité”, explica Incodol.

Hasta el Sabado Sepulveda, ni sus familiares habian reaccionado al dictamen.

8 de octubre 2021

El derecho a una muerte digna, evitando el horror y el calvario de enfermedades que hacen vivir un infierno al ser humano, algo que solo lo sabe quién la experimenta junto a sus familiares, es una causa que cada vez es más entendida y apoyada en el planeta, a pesar del fanatismo de las religiones. Este caso en Colombia es el ejemplo justo.

A continuación publicamos de manera íntegra este magistral reportaje de la BBC.

Martha Sepúlveda está feliz porque pondrá fin a su vida el domingo 10 de octubre a las 7 de la mañana.

Se ríe frente a las cámaras comiendo patacón con guacamole y tomando cerveza en un restaurante de Medellín, a pesar de que se enfrentará a la muerte.

Está feliz precisamente porque logró que la justicia le diera la autorización para someterse a una eutanasia.

En Colombia la eutanasia fue despenalizada en 1997, pero solo se convirtió en ley en 2015. Desde entonces, se han realizado 157 procedimientos.

Pero en julio pasado, la Corte Constitucional del país extendió el derecho a una muerte digna a quienes padezcan "un intenso sufrimiento físico o psíquico" por causa de una lesión o enfermedad incurable.

Y el de Martha Sepúlveda es el primer caso en que se autoriza una eutanasia en un paciente que no tiene una enfermedad terminal.

Desde que fue diagnosticada con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad grave e incurable, su vida se había transformado en un tormento.

Como sabía que la suya iba a ser una muerte lenta y dolorosa que se extendería por varios años, el futuro le parecía desgarrador.

Hasta que un día le dijo a Federico, su único hijo de 22 años, que quería luchar por conseguir su eutanasia. Y lo logró.

Paradójicamente, conseguir la muerte, le devolvió la vida.

"Mi mamá está tranquila y feliz desde que le dijeron que podía morir porque su vida era literalmente un infierno", cuenta su hijo en diálogo con BBC Mundo.

Y así se le ve, contenta porque va a morir.

"Tengo buena suerte", dice en su última entrevista televisiva con Caracol TV. "Me río más, duermo más tranquila".

"Soy una persona católica, me considero muy, muy creyente. Pero Dios no me quiere ver sufrir a mi".

"Con una esclerosis lateral en el estado que la tengo, lo mejor que me puede pasar es que me vaya a descansar".

Este es el testimonio de su hijo, Federico Redondo Sepúlveda, contado a BBC Mundo en primera persona.

Ella lo tomó de una manera bastante particular. Su reacción fue reírse. Dijo "vea, tengo esta enfermedad y me muero en tres años". Pero lo dijo de manera muy jocosa, muy divertida, haciendo bromas.

Mi mamá siempre ha sido una persona muy abierta a la muerte. Ella siempre ha dicho "yo no tengo miedo a partir, sino a la forma en la que voy a partir", que es precisamente por lo que buscó que le reconocieran el derecho a una muerte digna.

Ella no concebía la vida postrada en una cama. El final de la esclerosis lateral amiotrófica es sin poder hablar, sin poder tragar... es algo sumamente doloroso e indigno para ella.

Se tomó muy olímpicamente el diagnóstico. Posteriormente ya empezó a perder fuerza en las piernas, a requerir apoyo para caminar en distancias más o menos largas. Ya luego requería apoyo para todo tipo de caminatas incluso dentro de la casa.

Y a principios de este año empezó a requerir apoyo para ir al baño. Después, había que bañarla, había que vestirla. En ocasiones se le dificultaba comer o cepillarse, porque las manos estaban perdiendo demasiada fuerza.

Lo peor para ella es ver cómo se deterioraba a tal punto que no puede ser independiente para lo más básico de las actividades cotidianas.

Un día ella me dijo: "Sería tan bueno que yo pudiera solicitar la eutanasia". Y pues yo no lo tomé como muy en serio.

Pero cuando me dijo que quería hacerlo, yo estuve en negación por unos días. Yo decía, "no, mi mamá no, todavía no". Le decía, "mami, por favor no".

Yo me considero una persona muy liberal, pensaba que el derecho a la eutanasia es un derecho que hay que proteger, pero nunca lo vi como algo cercano.

Pero ya luego, concientizándome un poco de la condición precaria en la que ella estaba, y de su desespero, y de la indignidad en la que estaba, yo dije: "Creo que demuestro más mi amor si la apoyo en esta decisión que ella tomó".

Yo sí necesito a mi mamá y quiero que esté conmigo en cualquier condición. Pero en ese caso solo estaría pensando en mí, en mis necesidades.

Llevamos 22 años juntos. Mi vida giraba alrededor de ella y la de ella alrededor mío. Luego de su partida, yo tendré que inventarme otra vida. Por eso fue tan difícil al principio.

Cuando yo la cuidaba tenía sentimientos encontrados. Por un lado me gustaba, porque sentía que le estaba regresando a mi mamá, de alguna forma, todo el apoyo y todo lo que ha hecho por mí a lo largo de la vida.

Pero también pensaba en lo que ella me decía. Me decía: "Hijo, esto no es vida, esto no es digno".

Claramente yo estoy triste. Claramente estoy ansioso, claramente estoy... de alguna forma desesperado. Sería muy raro que no lo estuviera.

Pero también de alguna manera me reconforta el hecho de que mi mamá haya podido terminar su vida de la forma que ella quería.

El día y la hora que ella quería.

Desde muy joven dijo que nunca quería estar postrada en una cama, absolutamente dependiente en todo momento.

Nosotros coincidimos en que vivir es decidir y desde que la esclerosis empezó a condicionar físicamente a mi mamá, ella ya no puede decidir por sí misma.

Muchas personas se sorprenden porque la ven muy tranquila y muy feliz.

Mi mamá está tranquila y feliz desde que le dijeron que podía morir, porque su vida era literalmente un infierno. Ella antes no era así. Antes estaba desesperada, triste y con pocas esperanzas de cara al futuro.

Pero ahora, mi mamá va a morir el domingo a las 7 de la mañana. Y está feliz. Está feliz desde que sabe que le van a aplicar el procedimiento eutanásico.

El domingo se va a hacer una cremación, se va a celebrar una eucaristía y... y ya, porque básicamente eso es lo que quiere.

La voy a extrañar mucho. Yo creo que no hay nada que no vaya a extrañar, porque nada volverá a ser lo mismo. Nada.

Desde su sonrisa y su berraquera y su buena actitud ante lo bueno y lo malo de la vida... hasta sus regaños.

Todo me hará falta.

BBC

8 de octubre 2021