El respetado cirujano Ben Carson es el nuevo Secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano

Ben Carson, el designado secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano de Estados Unidos, es tan discreto como el presidente electo Donald Trump es extravagante. Este neurocirujano retirado y cristiano conservador, intentará reflotar los centros urbanos pobres.

De 65 años, es el primer negro designado por Trump para integrar su gabinete y nunca antes ha ejercido un cargo político.

Considera que puede “hacer una contribución significativa particularmente fortaleciendo comunidades que tienen grandes necesidades”, dijo recientemente.

En las primarias del Partido Republicano logró superar por poco a Trump en el otoño boreal de 2015, algo inesperado para el lánguido médico, casi invisible en los debates televisivos. Finalmente renunció a su candidatura.

Creció en barrios pobres de Detroit y Boston, criado por una madre analfabeta, que se casó a los 13 años, pero que finalmente echó a su marido bígamo de casa.

A los 14 años, Carson intentó apuñalar a otro joven. Si el cuchillo no se hubiera roto en la hebilla de su cinturón, ahora estaría en prisión, cuenta. “Fue la última vez que tuve un ataque de ira”, dijo.

Mal estudiante y de carácter incontrolable, el joven Ben fue obligado por su madre y su hermano a leer dos libros por semana. Sus calificaciones mejoraron y se convirtió en un estudiante modelo.

Obtuvo una beca en la Universidad de Yale y estudió medicina en la Universidad de Michigan. Trabajó en el hospital John Hopkins de Baltimore, donde dirigió el servicio de neurocirugía pediátrica.

En 1987 alcanzó celebridad mundial: asistido por un equipo de 70 personas, separó exitosamente a dos siameses alemanes de siete meses unidos por la cabeza en una intervención de 22 horas.

Sus logros le valieron la medalla de la Libertad, el mayor reconocimiento a un civil en Estados Unidos, que le otorgó el presidente George W. Bush en 2008, y en 2009 su carrera médica fue reltadada en la película “Gifted Hands: The Ben Carson Story”.

Sus modales cristianos y compasivos contrastan con sus declaraciones provocadoras sobre la homosexualidad, la esclavitud, el Holocausto, las armas.

AFP

5 de Diciembre 2016