Ante asesinatos del régimen de Daniel Ortega, aumentan las protestas en toda Nicaragua
Con bloqueos de carreteras, paros y protestas, Nicaragua completa más de tres semanas de enfrentamientos que dejan al menos 49 muertos, y que ven este viernes un nuevo pico de tensión tras un ataque sufrido por estudiantes en la madrugada.
El ataque a dos recintos universitarios en Managua en la madrugada con un saldo total de dos muertos y al menos 10 heridos, según la policía y estudiantes, agravó las tensiones en la capital y otras ciudades.
Kevin Valle, 18 años, murió por disparo de arma de fuego en la madrugada, confirmo el subdirector de la Policía, Francisco Díaz.
En tanto, Ángel Parajón, padre de Jimmy, el otro estudiante fallecido, dijo entre lágrimas que su hijo "murió en la Upoli (Universidad Politécnica) con una bala en el corazón. Andaba apoyando a los jóvenes y me lo jodieron a mi chavalo".
"Basta de represión violenta contra los estudiantes en Nicaragua! Nada violento es durable. La intimidación y la agresión no son el camino", escribió en Twitter el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez.

Los estudiantes fueron intoxicados con alimentos contaminados
Estudiantes de la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli) y la Universidad Nacional Agraria (UNA) ingirieron sustancias venenosas aplicadas a bananos y agua, que les fueron donados junto con otros alimentos, según denunciaron los alumnos.
La acción fue condenada por las autoridades de la UNA, la única entre las universidades estatales que hasta ahora mostró un apoyo abierto a los estudiantes.
"Las autoridades de la UNA repudian firme y categóricamente el hecho de que personas de identidad desconocida entregaran alimentos y bebidas que, por sus efectos, indican que contenían algún tipo de sustancia tóxica, poniendo en peligro la salud de los estudiantes que pacíficamente protestaban en las afueras de la universidad la mañana de hoy", indicó la UNA, en un comunicado.
Unos 18 estudiantes sufrieron envenenamiento por comer bananos en la UNA y otros 3 en por beber agua en la Upoli, según los denunciantes.
Las víctimas, que fueron trasladadas a un hospital de Managua, sufrieron afectaciones en distintos niveles y, aunque algunos permanecen en observación, sus vidas aparentemente están fuera de peligro, según la UNA, cuyas autoridades recomendaron a los alumnos no consumir alimentos ni bebidas de fuentes desconocidas.
"En este momento es delito ser estudiante", comentó un portavoz del Movimiento Estudiantil 19 de Abril, al referirse al ataque de los desconocidos.

Estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua(UNAN), en tanto, levantaron barricadas con adoquines para evitar el acceso de la policía al recinto ubicado en el sureste de Managua, tras el ataque de la madrugada de grupos de civiles armados que dejó cuatro heridos en ese centro de estudios, dijo a la AFP Yaritza, una dirigente del movimiento estudiantil.
"Todos estamos tensos, no hemos dormido. En la madrugada fuimos atacados por grupos de civil con armas de fuego, pero sospechamos que son policías disfrazados de civil", apuntó la joven.
Cientos de estudiantes de la Universidad Centroamericana (UCA) y de otros centros marchaban hacia la UNAN en respaldo a los compañeros que resisten en ese lugar, al grito de "¡Pueblo únete!" y expresando su rechazo a un diálogo convocado por el gobierno con mediación de la iglesia católica, para el cual aún no se ha fijado fecha.
— Piedras, palos y machetes —
Varias rutas y caminos de San Pedro de Lóvago (centro), Ciudad Sandino (Managua), Monimbó (Masaya), Ticuantepe, Nagarote (León oeste), La Concha (Masaya), Rama (Caribe sur), Río Blanco (norte), permanecían bloqueadas, según reportes de la prensa local y manifestantes que envían imágenes de los cortes a través de Whatsaap a los medios.
"Cómo pensar en un diálogo si te están matando a la gente. El gobierno debe entender que tiene que replegar a los antimotines y a las turbas sandinistas (...) que se vaya Daniel Ortega porque no puede gobernar Nicaragua", dijo en un bloqueo de San Pedro de Lóvago un campesino que se identificó como Nemesio.
En Ticuantepe, 15 km al sureste de Managua, trabajadores de caponeras, taxis y particulares bloquearon el acceso a esa ciudad donde fueron conminados por el jefe de patrullas de Managua, comisionado Julio Sánchez a no perjudicar la libre movilidad de otras personas.
Sánchez, un reconocido dirigente de béisbol, deporte favorito en el país, intentó infructuosamente persuadir a los manifestantes a levantar el bloqueo. Le respondieron que su protesta era pacífica y que "aquí vienen los de la Juventud Sandinista con piedras, machetes y armas a agredirnos".
En tanto, en Managua, comerciantes del mercado Oriental, el más grande del país, se alzaron con palos, piedras, machetes para defender sus negocios ante la incursión de grupos armados con pistolas.
"No vamos a permitir más violencia, quieren quemar el mercado, saquear las tiendas", dijo una comerciante que se identificó como Azucena, según imágenes de la televisión.
"Le decimos a la población que no vengan. Estamos en zona de peligro", agregó, tras acusar a la policía de estar detrás de los grupos violentos.



Por su lado, Francisca Ramírez, líder del movimiento contra el proyecto de construcción del canal interoceánico, llamó a la población a sumarse a un paro pacífico escalonado en respuesta a la represión contra los universitarios.
Los campesinos que viven en la zona rural del proyecto reclaman al gobierno que derogue la concesión que entregó en 2013 a la empresa china HK Nicaragua Canal Development (HKND) para diseñar, construir y operar, hasta por un siglo, un canal que amenaza con desplazarlos de sus tierras.
El gobierno de Daniel Ortega no había reaccionado este viernes a las nuevas protestas, a las que se sumaban centros de estudio privados, como el colegio Alemán Nicaragüense, donde estudian nietos del presidente, dijeron a la prensa algunos padres de familia.
Las protestas estallaron el 18 de abril contra una reforma del sistema de pensiones, pero se multiplicaron y generalizaron en todo el país revelando la disconformidad de los nicaragüenses con el gobierno de Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidente Rosario Murillo, a quienes reclaman libertad y una democratización del país.
Fuente AFP
11 de Mayo 2018