Estados Unidos usa otra estrategia en la ONU en el tema del embargo a Cuba

La Asamblea General de la ONU discutirá el miércoles por 27º año consecutivo una resolución que reclama el fin del embargo estadounidense a Cuba, impuesto hace más de medio siglo. Pero Washington buscará boicotear el voto presentando enmiendas que exigen mayores libertades en la isla comunista.

Estados Unidos prevé presentar ocho enmiendas al proyecto de resolución cubano de condena al embargo centradas en la defensa de las libertades en la isla comunista y en el pedido de liberación de presos políticos.

“El año pasado, revertimos la política de Obama sobre Cuba en la ONU, que no defendía a Estados Unidos cuando Cuba nos condena”, dijo a la AFP un diplomático estadounidense que pidió el anonimato.

- “Un paso más” -

“Este año, damos un paso más, usando enmiendas para ilustrar por qué nuestra posición contra la dictadura cubana aún existe”, añadió el diplomático.

Las enmiendas llaman a Cuba a poner fin a las restricciones de la libertad de expresión y reunión y a la persecución y acoso de disidentes y le urgen a liberar a presos políticos.

También aseguran que Cuba viola metas de desarrollo sostenible de la ONU a raíz de “la ausencia de mujeres en los órganos de toma de decisiones más poderosos”, la “total ausencia de independencia judicial” o la interferencia del gobierno en negociaciones sindicales, así como la prohibición del derecho a huelga.

Las ocho enmiendas serán discutidas y votadas individualmente, lo cual según diplomáticos cubanos y estadounidenses retrasará posiblemente al jueves la votación de condena al embargo estadounidense.

“Esperamos que otros se unan a nosotros en la condena de cosas en Cuba que la ONU condena de manera rutinaria en otras partes del mundo”, dijo el diplomático estadounidense.

En 2016, por primera y única vez, Estados Unidos se abstuvo de votar contra la resolución en un contexto de acercamiento bilateral del gobierno de Barack Obama hacia la isla tras más de medio siglo de enemistad entre Washington y La Habana, que incluyó la reapertura de embajadas en ambas capitales en 2015.

Pero tras la llegada a la Casa Blanca del republicano Donald Trump en enero de 2017 y las denuncias de “ataques acústicos” contra una veintena de diplomáticos estadounidenses y sus familias en La Habana, las relaciones entre los dos países son tensas y las respectivas embajadas funcionan al mínimo.

Hace poco más de dos semanas, Cuba y Estados Unidos tuvieron un inusual enfrentamiento en la ONU.

Con alaridos, golpeando escritorios con puñetazos y gruesos libracos, una quincena de diplomáticos cubanos boicotearon una sesión convocada por Estados Unidos para exponer la situación de unos 130 presos políticos en la isla.

El embargo a Cuba fue aprobado por ley y solo el Congreso estadounidense puede ponerle fin, a lo cual siempre se ha negado.

La organización no gubernamental UN Watch destacó en un comunicado la importancia de esas demandas, y espera que los países miembros de la ONU reconozcan su valor.

"La antigua Comisión de derechos humanos tenía un monitor especial sobre violaciones a los derechos en Cuba, pero ese mandato anual fue desechado en 2006 con la llegada de su sucesor supuestamente mejorado: el Consejo de Derechos Humanos. Desde entonces, no ha habido un monitor, ni una resolución sobre Cuba y ni siquiera un intento por adoptarlas. Por lo tanto, estas enmiendas nueva marcan un momento importante, y esperamos que una mayoría de Estados miembros estarán a la altura de la ocasión. No adoptar las disposiciones para las víctimas de los derechos humanos en Cuba proyecta una sombra sobre la credibilidad de las Naciones Unidas", señaló en el comunicado el director ejecutivo de UN Watch, Hillel Neuer.

AGencias

31 de octubre 2018