Cuba: La angustia crece mientras prosigue búsqueda de sobrevivientes en hotel Saratoga

En Cuba, después de la explosión en el hotel Saratoga de La Habana, la zona sigue pareciendo un campo de batalla y ya se cuentan 30 fallecidos, 19 desaparecidos y 84 heridos. Un cordón policial rodea el área desde el Parque de la Fraternidad para evitar el paso de los transeúntes y las brigadas de rescate trabajan contrarreloj para encontrar sobrevivientes bajo los escombros.

A la confusión de los primeros momentos la ha reemplazado la angustia. En toda la ciudad no se habla de otra cosa. En las colas, las mesas familiares y los ómnibus urbanos el tema lo protagoniza el estallido en un hotel que hasta hace pocos días era símbolo del glamour turístico y ahora se ha convertido en sinónimo de tragedia.


Cada uno tiene una historia que contar. Como la de la empleada que salió del edificio apenas unos minutos antes del estallido y se quedó paralizada al sentir el estruendo tras sus espaldas. O la de la mujer que llora junto a la cinta amarilla que dice "PNR No pase, Keep Out" porque tiene a su madrina, de 78 años, y al perrito de la anciana bajo los escombros.

También está el joven que señala hacia el edificio en un lateral del hotel que sufrió daños considerables con la explosión y teme que Juan Carlos, un vecino del segundo piso, no haya dado una fe de vida desde ayer en la mañana. Los testimonios se mezclan y no faltan los que llegan hasta los grupos y, convenientemente, sueltan algún rumor donde la palabra "enemigo" y "ataque" siempre están aunque la versión oficial ha insistido en que se trata de un accidente.

Los agentes de la Seguridad del Estado, vestidos de civil, también están desplegados por toda la zona. Se les detecta por la mirada incisiva con la que registran a todo el que hace fotos o graba la escena de un edificio con sus vigas al aire y los rescatistas con las caras cada vez más largas en la medida en que transcurren las horas.


En la escuela primaria cercana, también con muchas afectaciones, se ha habilitado una puerta lateral para que los padres puedan recoger las mochilas y otras pertenencias de sus hijos que fueron evacuados tras el estallido. Algunos se han acercado desde temprano pero traspasar el cordón de seguridad es tortuoso y muchos temen que la estructura del Saratoga pueda colapsar en cualquier momento.

La preocupación se ha instalado incluso entre quienes no sufrieron daños directos pero temen que el estremecimiento haya dañado a los edificios de la zona, una barriada con numerosas cuarterías atestadas de residentes y un estado arquitectónico deplorable. En la céntrica calle Monte algunos no han querido siquiera dormir en sus casa.

María Julia, una habanera de 58 años, cuenta a este diario que decidió pasar la noche en casa de su hija. "Hubo un ruido tremendo y aquí tembló todo, los cuadros en las paredes y hasta unas copas que tengo en una vitrina", explica. "Esta casa tiene el techo y las columnas en muy mal estado y ahora tengo miedo de que esta sacudida haya empeorado las cosas".

La sensación es que la explosión viene a llover sobre mojado en la larga lista de calamidades que han azotado a Cuba en los últimos años. "Esto va a ser un golpe duro al turismo", sentencia Ismael, empleado de una cafetería estatal en la calle Obispo. "Ahora que parecía que íbamos a empezar a atraer más visitantes, nos pasa esto".

La sensación es que la explosión viene a llover sobre mojado en la larga lista de calamidades que han azotado a Cuba en los últimos años. "Esto va a ser un golpe duro al turismo", sentencia Ismael, empleado de una cafetería estatal en la calle Obispo. "Ahora que parecía que íbamos a empezar a atraer más visitantes, nos pasa esto".

14 y Medio La Habana

8 de mayo 2022