Policía británica falla 3 veces, le habían alertado sobre uno de los terroristas de Londres

Para vergüenza de las fuerzas de seguridad británicas, el fallo se repite por tercera vez: al igual que en los casos de Khalid Masood, el terrorista de Westminster, y de Salman Abedi, el suicida del Manchester Arena, uno de los tres terroristas del ataque del sábado en Borough Market fue denunciado al menos por dos vecinos por su radicalismo. Pero los avisos cayeron en saco roto, a pesar de ser un clamor. Una mujer lo denunció a la policía porque hacía proselitismo yihadista con su hijo. Un hombre llamó a la «línea caliente antiterrorista» para contar que veía vídeos de predicadores radicales en internet y simpatizaba con el terrorismo islámico en sus comentarios. También fue expulsado de una mezquita por tratar de enrolar a un adolescente en el Daesh.

Según reportes de personas que lo conocen, el terrorista se radicalizo en una Mezquita en el Reino Unido y trato de reclutar a menores, esto fue denunciado a la policía.

Uno de los tres agresores del atentado del sábado en Londres intentó reclutar niños para el grupo terrorista Estado Islámico (EI) y las fuerzas del orden recibieron denuncias por sus ideas radicales, revela este lunes el diario “The Times”.

El pasado sábado por la noche, tres hombres que viajaban en una furgoneta blanca arrollaron a viandantes en el puente de Londres antes de bajarse del vehículo para atacar con cuchillos a varias personas en el cercano mercado gastronómico de Borough.

En el ataque, los tres mataron a siete personas antes de ser abatidos a tiros por agentes armados.

Según el rotativo británico, uno de los agresores es un joven de unos veinte años nacido en Pakistán y criado en el Reino Unido, y al parecer las fuerzas del orden recibieron en su día denuncias de que había sido víctima de una radicalización.

“The Times” señala que no divulga la identidad del joven a petición de la Policía, que conoce los nombres de los tres pero no puede hacerlos públicos por razones operativas.

Según la información del diario, una persona denunció al joven a la Policía tras enterarse de que tenía acceso por internet a sermones de un clérigo estadounidense, mientras que una mujer del este de Londres comunicó a los agentes el año pasado de sus temores de que estaba tratando de reclutar a escolares del barrio.

Además, un adolescente que iba al mismo gimnasio que el terrorista contó que éste le propuso unirse al EI.

La comisaria de la Policía Metropolitana de Londres (Met), Cressida Dick, informó de que las fuerzas del orden han frustrado 18 complots terroristas desde 2013 en el Reino Unido y han detenido un promedio de una persona por día.

Además, Dick resaltó a los medios locales que las personas implicadas en estos atentados parecen ser “muy volátiles” pues se trata de individuos “que están dispuestos a utilizar métodos de poca tecnología” para atentar, en referencia al uso de cuchillos.

“Esto supone un gran desafío” para las fuerzas del orden, insistió la comisaria.

Según la Policía, como parte de la investigación sobre el ataque de Londres, un total de 13 personas fueron detenidas ayer en Barking, pero una de ellas, un hombre de 55 años cuya identidad no ha sido facilitada, ha sido puesto en libertad sin cargos.

El domingo a las ocho de la mañana se produjeron dos redadas en la zona donde vivía el terrorista. En un piso fue arrestada una mujer de 38 años y en una segunda propiedad once personas, entre ellas seis mujeres, de las que cuatro vestían burka.

Abdul Lafit, de 13 años, ha contado a «The Times» que su hermano y otros amigos lo echaron de una mezquita local después de que intentase enrolarlo en el Daesh. «Venía a la mezquita y te decía: ¿Quieres unirte a Estado Islámico?».

Erica Gaspari, de 42 años, relata en el mismo diario que lo denunció a la policía el verano pasado por tratar de convertir a su hijo a la salida de su escuela. El niño acudía al centro Northbury Primary School. El extremista y algunos de sus amigos aguardaban a los escolares en un parque situado enfrente, donde se mostraban amistosos con ellos y les regalaban dulces, antes de hablarles de su fe. «Él estaba al mando y le pregunté qué estaba haciendo con mi niño. Me dijo que estaba enseñándole religión. Le respondí que para aprenderla mi hijo podría ir a una mezquita y que no quería que le enseñase nada. Me pidió que no le hablase por ser mujer y que podía hacerlo con su mujer».

El conocido anónimo que ha hablado con la BBC cuenta que lo denunció por ver vídeos en internet de predicadores radicales y porque hablando de un atentado que acababa de ocurrir «lo defendía, tenía justificaciones para todo». El terrorista veía vídeos en YouTube, propiedad de Google, de un predicador del odio afincado en Estados Unidos, Ahmad Musa Jibril, muy conocido por animar a los extranjeros a enrolarse en la guerra de Siria. Alarmado, el denunciante llamó a la «línea caliente» contra el terrorismo. «Hablé con un caballero, le conté que temía que se había radicalizado y le expliqué mis conversaciones con él». No ocurrió nada.

«Me sorprende que ese material esté todavía ahí en YouTube y lo fácil que es acceder a él», lamenta el hombre. Es una queja que comparte el Gobierno británico. May anunció el domingo que buscará un acuerdo internacional para poner fin a la tolerancia de los gigantes de Silicon Valley con los contenidos yihadistas en sus plataformas.

Scotland Yard no ha querido comentar estas denuncias no atendidas, alegando que todavía no se han destapado las identidades de los terroristas.

Por otra parte, el terrorista estaba relacionado con al Muhajiroun, la organización del predicador del odio Anjem Choudari, de 50 años, un abogado londinense que durante una década propagó el extremismo por mezquitas de la ciudad sin que la justicia acabase de actuar contra él hasta el pasado verano. Choudari era tan conocido que llegó a aparecer en la BBC ofreciendo sus puntos de vista como si fuese una analista más. Sus declaraciones eran tremendas, llegó a decir que quería ver la bandera del Estado Islámico ondeando en el 10 de Downing Street. También fue el hombre que adoctrinó a los dos hijos de inmigrantes que en mayo de 2013 mataron a puñaladas en el Sur de Londres al joven soldado Lee Rigby.

Choudari fue condenado al fin a cinco años y medio de cárcel el año pasado, tras lustros de acción impune. El asesino de la camiseta del Arsenal mantenía también relación con Siddartha Dhar, otro conocido radical que estando en libertad bajo fianza huyó y se enroló en las filas del Daesh.

El terrorista, según sus vecinos, estaba «eufórico» en la tarde del atentado. Sobre la furgoneta de B&Q que utilizó para atropellar a los peatones en el Puente de Londres, explicó que estaba preparando «una mundanza».

Las fuerzas antiterroristas controlan a 3.000 posibles yihadistas, pero hay 20.000 más que están fichados pero no son objeto de vigilancia permanente, figuran clasificados como «una amenaza residual». Son protocolos que seguramente ahora se revisarán, pues May anunció el domingo una reforma de la estrategia antiterrorista.

Agencias

5 de Junio 2017