Policía de Francia dispara y arresta al hombre que embistió con su auto a militares

Levallois Perret, donde seis militares resultaron heridos hoy en un atropello deliberado, es un municipio residencial y acomodado en las afueras de París, y que cuenta con una fuerte presencia policial como sede de los servicios secretos y de la subdirección antiterrorista de la policía judicial (SDAT).

Poco tiempo después del ataque la policía especializada contra el terrorismo diviso el auto que conducía el sujeto, un BMW que se dirigía hacia la ciudad de Calais, cuando lo interceptaron, el hombre de 36 años fue baleado y arrestado.

Las autoridades investigan el incidente como terrorismo.

Las setenta cámaras que controlan sus calles, y que grabaron la agresión, dan a sus habitantes una sensación de seguridad que les hizo recibir con sorpresa la noticia de este último ataque, cuyo autor se dio rápidamente a la fuga.

“Oí las sirenas, pero en ningún momento pensé que pudiera ser un atentado. Esto está más vigilado que el (Palacio del) Elíseo”, explicó a EFE Ridha Kennou, un vecino de 57 años crítico con un sistema de videovigilancia que, en su opinión, no parece haber servido “para nada”.

El grupo de militares atacado poco después de las 08.00 (06.00 GMT) se disponía a comenzar su patrulla cuando un coche se abalanzó contra ellos a toda velocidad.

El edificio del que salían, un local municipal puesto a disposición de los militares desde hace dos años y medio, con el lanzamiento del estado de emergencia en Francia, está situado junto a un parque y cerca de la alcaldía de Levallois Perret.

Pero, sobre todo, a pocos centenares de metros de la Dirección General de la Seguridad Interior (DGSI) y de la SDAT, última escala antes de la presentación ante el juez de los arrestados en casos de terrorismo.

“Levallois tiene cierto simbolismo en la lucha antiterrorista. Como no pueden atacar la DGSI porque está un poco fortificada, la toman contra esos militares que han hecho un trabajo de seguridad extraordinario”, dijo hoy su alcalde, el conservador Patrick Balkany.

La agresión pilló por sorpresa a algunos de sus más de 65.000 residentes, que se agolpaban, todavía con el pan y otras compras de la mañana, para curiosear entre la nube de periodistas llegados a un pasaje habitualmente tranquilo y sin apenas restaurantes ni comercios.

“No hay un riesgo cero”, señaló a EFE Gilles Herry, un trabajador de la banca que vive desde hace más de 20 años en la zona.

Las numerosas cámaras instaladas, con un zoom de hasta 300 metros y visión de 360 grados, registraron hoy la agresión, pero, según los medios, no lograron captar el rostro de su autor, que según las primeras informaciones iba solo.

“Las cámaras no pueden impedir estos ataques. Un loco lo hará de cualquier manera. No hay nada que les pare. Al contrario, puede que les dé ideas”, añadió Herry, al que el revuelo policial y mediático sorprendió de vacaciones y mientras daba un paseo.

Las autoridades confirmaron que el atropello fue “deliberado” y la sección antiterrorista de la Fiscalía de París ha asumido la investigación de lo sucedido.

El alcalde destacó hoy que este tipo de acciones son difíciles de prever: “Cuando hay alguna manifestación se ponen todas las medidas, pero si un coche quiere ir contra alguien no hay mucho que hacer”, indicó ante la prensa horas después de un acto, en su opinión, “vergonzoso e incalificable”.

Los residentes, mientras, decían estar habituados a la presencia de las fuerzas del orden en ese municipio, que alberga también una sinagoga, dos escuelas y dos guarderías judías, lugares “sensibles” y especialmente protegidos desde la instauración del estado de emergencia tras los atentados yihadistas de 2015.

EFE

9 de Agosto 2017